Quedamos usualmente atrapados en el extraordinario manejo cromático, la precisión del dibujo y de la línea, de las perspectivas arquitectónicas que abundan en sus obras, pero lo que de verdad nos intriga son las yuxtaposiciones de realidades aparentemente contradictorias, la abundancia de una virtualidad que se vuelve tangible, entrañable y desentrañable incluso desde el comentario político.